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A pesar de que no sabía cómo empezar, la primera entrada de este blog, una más ligera, fácil de leer, y que la gente no se asustara desde el primer momento, algo en ciertos sucesos de la semana pasada me hicieron cambiar de parecer, señores. Y es que cuando el Ruido Rosa se presenta en una de sus ramificaciones más molestas, no se puede hacer nada más que explayarse con todo aquel que se encuentre por el camino.
Del ruido rosa que hablo, es el que se produce cuando tu cerebro se llena, de una manera masificada, infinitas de buenas intenciones, consejos y experiencias de otras personas para que nos sirvan de guía. Individualmente debo decir que esta situación nos las buscamos nosotros mismos por varias razones, de las cuales destacaré solo dos, porque no quiero irme por las ramas (aunque eso es precisamente lo que siempre hago…).
Esas dos razones por destacar serían:
Primero, porque somos nosotros mismos los que vamos en busca de consejo, porque somos inexpertos en muchos temas, porque nuestra inseguridad nos pide saber qué es lo que otros harían, y es esa misma inexperiencia o ganas de querer compartir opiniones o incluso tan solo escuchar hablar a varias personas solo de nosotros, los que nos lleva a estar sentados durante horas conversaciones, llenas de consejos directos o indirectos, que en teoría ayudarán a que todo nos vaya mejor, o al menos tener las cosas más claras.
La segunda es otra de las ramificaciones más tristes del tema del que hoy he decidido torturarles. Esta opción es cuando la persona en sí, no busca consejos, o piensa que si los quiere los pedirá directamente, y sus más allegados compañeros en armas se niegan a aceptarlo, dando como resultado. Un repertorio de consejos metidos en masa en contra de la voluntad de uno mismo en su cabeza, dejándole con dos posibles finales –hablando desde mi punto de vista bipolar-:
-Más confundido que antes, sin saber para qué te han dado tantos consejos si los malditos se contradicen entre ellos, o algunos ya no tienen nada que ver con el supuesto problema que los demás te adjudicaban.
- o… Más que confundido tan cabreado que no sabes que hacer, si romper algo, gritar, vamos, lo que sea que se le ocurra a uno en ese momento, y terminar con un tremendo dolor de cabeza no solo por los benditos consejos si no por la fuerza de voluntad que quizás intente poner alguno para no decir nada que pueda herir la sensibilidad de alguno de sus camaradas.
Bien, personalmente, tengo que decir, para que la gente que lea esto no se me queje (o me venga a buscar para hacerme cosas malas –estoy lisiada, solo quiero recordarles eso, al menos esperen a que me cure para que pueda salir corriendo x3 cuando vea de lejos las antorchas- o en fin, decirme cosas feas) durante ciertos momentos de mi vida, he tenido la suerte de tener cerca de gente que me ha ayudado mucho, ya sea estando solo a mi lado, regañándome por no salir de mis trece, darme su punto de vista entre otras cosas más. Y de lo cual solo quiero decir lo agradecida que estoy.
Pero por desgracia, últimamente el ruido rosa viene con más frecuencia cuando ocurren estas cosas, no solo conmigo si no cuando escucho a otros, y más que por los consejos, creo que ese sonido horrible, su núcleo viene de la idea que tienen ciertas personas con creerse tener el derecho de poder opinar sobre la situación de otros, y más tener la extraña idea de que pueden mejorar los hechos de lo que sea su vida actual.
El conocimiento abarca un gran número de definiciones, y algunas veces se me antoja soberbio la manera en la que algunas personas se autoproclaman licenciados en las experiencias de la vida por la Universidad de la Calle. A algunas de estas personas incluso las podemos ver por la tele (y no hablo de programas rosas ¬.¬, también de los programas de consultorios ya sea por televisión o radio), ofreciendo su opinión sobre todo, creyéndose realmente lo que dicen, lo cual sinceramente no sé si es lo más triste o lo quizás lo más divertido, y algunos en el fondo de sus altruistas corazones solo buscan estos momentos para sentirse poderosos, el hecho de saber que influyen en la vida de otras personas, o creer que mejoran su situación actual, les da un sentimiento extraño de sentirse estar en el centro del mundo… ¿Por qué…?
¿Protagonismo? ¿Es tan importante creerse ser el eje del mundo de algunas personas?
No lo sé, tampoco me importa. Como dije, solo venía con la idea de explayarme la extraña sensación de haber sido usada por alguien que buscaba sus minutos de sentirse importante. Y quizás es por el hecho de que ese alguien fuera de por si importante para una servidora, que esta pequeña revelación negativa de este ruido rosa, me deja con un desagradable sabor de boca.
¿Quién puede decir que la vida de uno es perfecta? ¿Quién nos da el poder de hacer daño a otras personas por el hecho de no ver lo que nos ocurre a nosotros mismos?
¿Fue está necesidad… el preludio de la aparición de la raza Noobista?
Nadie lo sabe~
¿Qué es ese mal, del cual no he visto nunca explicación?
"Hemos de viajar de la razón de la fuerza a la fuerza de la razón, para poder comprender lo que nos ofrece… -la vida-."
Por alguna razón que escapa de mi mente, pensé que lo más lógico que podía hacer en la primera entrada de este blog, era explicar a que viene su nombre. Pues bien... Ruido Rosa, al contrario de lo que pensarán algunos, no es nada que tenga que ver con la prensa del corazón, novelas rosas, ni música aaaah ....romántica.
Conocemos como Ruido Rosa, lo que es una señal o un proceso con un espectro de frecuencias tal que su densidad espectral de potencia es proporcional al recíproco de su frecuencia. O para la gente que como yo, que con la definición exacta de lo que es se han quedado con la misma idea de que no saben de que estoy hablando, les dejaré un ejemplo de lo que es Ruido Rosa.
Como bien habrán podido escuchar, es un sonido o ruido bastante molesto, como el que suele hacer la televisión cuando hay interferencias.
Personalmente esta clase de sonido lo relaciono cuando algo malo ocurre, ya sea que me hayan golpeado con un bate de baseball o me hayan encontrado comiéndome todo el chocolate de la despensa -entre otras cosas mucho peores- como tropezarme con mi perro y provocandome mi cuarto esguinze en le mismo tobillo en tres años. Preocupada por como mi cabeza relacionaba mis malas experiencias con ese fatal sonido y por el miedo que otras personas pudieran relacionarlo con una naciente locura, decidí compartirlo con varias personas de las cuales aun no tenía opinión formada, por que así creía que podían darme una visión más imparcial sobre mi estado mental.
Como pensé, la mayoría de ellos creyeron que tenía una grave trastorno mental demasiada imaginación, así que preferí quedarme con las opiniones que más me convenían, las que me declaraban inocente de cualquier enfermedad mental, y las atesoré en mi memoria y una de ellas me causó cierta simpatía. Una de esas personas, me dijo que cuando tenía la misma sensación que produce el escuchar ese feo sonido solía ser las ocasiones en que algo le disgustaba o en las que no estaba de acuerdo, como los profesores con calvicie avanzada de filosofía, las faltas de ortografía, la mala redacción, la gente que suele creer que a cierta edad ya esta prohibido... "soñar", y por sobre todo la ignorancia, incluyendo la suya propia.
Y fue por eso, en un intento de poner fin a parte de nuestra ignorancia, y buscar una teoría que nos ayudara a encontrar el por qué de la existencia de ese sonido molesto, nació el nuevo significado que tiene para nosotros, el Ruido Rosa. Una nueva teoría de la filosofía universal, o un nuevo método con el que poder reírnos un poco de nosotros mismos, también puede ser otra manera de denominar locura. Quien quiera leer, lea, y quien no.... me pregunto que hace aquí aún o.ò.